viernes, 25 de diciembre de 2009

Sobre el aprendizaje en el poker



No le eches la culpa a la mala suerte cuando pierdas y digas que ganas gracias a tu destreza. Si piensas que no tienes nada que aprender, es la forma más segura de garantizar que aprendes exactamente eso: nada.

Chriss Jesus Ferguson

jueves, 24 de diciembre de 2009

Crónicas de un Bad Beat I. Shorthanded & NL2.

La mano perfecta preflop en NL2 no existe.

A esta conclusión he llegado tras unos meses coqueteando con las mesas shorthanded de NL2, en las cuales se hace palpable a diario a nuestro ya conocido y cabroncete amigo el Bad Beat.

Ya se ha descrito con detalle la mesa ideal de shorthanded, pero no hay que olvidarse de un aspecto importante: nos encontramos en NL2, el límite al que nos jugamos tan poco dinero que, de poder ser así, los jóvenes de 10 años podrían jugar a su libre albedrío como si de chicles se tratase. Podemos dar las gracias a que la legalidad está de nuestra parte y sólo podemos jugar al Poker a partir de 18 o 21 años dependiendo del país en el que nos encontremos. Pero no es así.

En NL2 nos encontramos con un elevado porcentaje de jugadores cuyo sistema de juego se basa en un sistema de apuestas similar al de los chicles (es más, creo recordar que un chicle es más caro que un Big Blind en este límite). Por eso, no es ni por asomo anormal ver a cuatro, cinco, o incluso los seis componentes de la mesa entrar en un bote, o ver como una apuesta 3-bet desde UTG con una mano Premium se convierte en una odisea de limpers entrando tras de ti para que te termine ganando una mano tan marginal como lo pueda ser 92 off-suited. Lógico, ¿3-betear en este límite qué puede ser? ¿Jugarse un par de caramelos? ¿Quién es el idiota que no se jugaría un par de caramelos pudiendo flopear una mano que te proporcione a la larga una bolsa de caramelos? Hasta aquí todo parece lógico, aunque técnicamente mal jugado atendiendo a lo que entendemos por técnico en el Poker, olvidándonos de las cartas, de nuestra posición, de cualquier aspecto que implique al Poker como tal.

El problema es que si puedo ganar una bolsita de golosinas, ¿por qué no hago un all-in de una caja (2$) y terminamos antes gambleteando y qué decida el Azar por nosotros? Algunos pensarán que esta extrapolación no se cumple. Pues sí, y no sólo se cumple, sino que a ciertas horas como las dos de la madrugada nos encontramos all-in preflop con manos tan irrisorias como J3, 42, y a nuestra brillante y gran perdedora 72 (ni siquiera suited). Claro, que juguemos en NL2 no implica que no podamos perder jugando de este modo cinco cajas en menos de cinco minutos. Yo lo he visto, vosotros si habéis jugado en estas mesas lo habréis visto y, como es de esperar, para aquellos que jugáis decentemente o estáis aprendiendo a jugar bien empezando por abajo, habréis comprobado que da miedo jugar con manos como AA, KK, QQ, AKs, etc. Esas manos en límites mayores siguen sin asegurarte un gran bote, pero en teoría, y digo en teoría, esas manos a la larga dan dinero, y los jugadores saben a qué se enfrentan en un all-in preflop con estas manos. En NL2 todo esto no existe.

He podido comprobar cómo haciendo directamente all in preflop con un AA, el tipo veía con un AQo y abatía mi mano con una escalera en el river, o uno de los bad beats más “graciosos”, cómo teniendo yo KK, un sujeto me veía con su 42 sin ni siquiera pensárselo dos veces, flopeando unas dobles parejas y abatiendo a mi mano Premium con la consiguiente caja perdida. Es gracioso comprobar cómo una mano con un 83% de probabilidad de victoria cae ante un par de cartas tan estúpidas como un 42. Muchos pensarán: ¿por qué no haces un 3-bet para eliminar las manos marginales e ir aumentando el bote conforme sale el flop, turn y river? Fácil, si un tipo así ve un all-in preflop con 42, me sale más rentable hacerlo de esa forma que ver cómo le doy odds para que saque esa mano y me mate lentamente en la cuarta y quinta calle haciéndome ver que mi lectura de los jugadores es tan inútil como dejar a un niño manejando un programa de elementos finitos.

Todo esto sin mencionar otros Bad Beats graciosos como otro AA que fue abatido por un K6 ligando dobles en el river, o cómo un J8o desplomó mi pareja de reyes entrándole nuevamente escalera en el river, esta vez sin hacer all-in preflop (fue postflop ante un all-in ¿semi-farol? del villano en cuestión que, al parecer, tenía ¿semi-proyecto? de gutshot a dos outs, con un flop tan gracioso como K74, siendo el turn un 9 y un T el river…). Bad Beats los hay de todos los tipos y colores, pero en NL2 el Azar y la varianza son tan acusados que verás cómo el tiburón de la mesa que ha conseguido cuatro cajas en cinco minutos, las pierde en un all-in masivo que implica a 5 de los 6 componentes de la mesa, donde se puede ver un combate entre un AA, K8, JT, Q2 y J3 ganando este último con trips de treses en el river y fulminando al resto de manos implicadas. Verás manos inverosímiles jugando de forma totalmente anormal, subidas fuera de posición con manos sin conjuntar y conectores con brecha, all-ine en UTG con A2o, limpers con parejas Premium para perder después checkeando flop y turn y haciendo all-in en el river, es decir, un concepto alejado a lo que entendemos por Poker Texas Hold’em.

Por lo tanto, mi consejo es el siguiente:

Cuando juguéis en NL2, y la mesa sea tan loca que cada 2 o 3 manos hay un all-in, o cada 5 minutos hay un “all-in masivo”, podéis esperar el momento para apostar en posición y cazar a los loose agresivos que re-suben con manos marginales para cazarles en un all-in preflop con manos Premium; podéis jugar manos y empezar a meter apuestas del bote o el doble del bote si “flopeais” vuestro monstruo sin miedo a que estos catetos os vuelvan a subir u os hagan all-in, y así montones de estrategias medianamente decentes. No servirá de casi nada. En NL2 la mesa es como una selva en donde más que jugadores hay un duelo entre a ver quién es el más machote y los tiene más grandes, mencionando por supuesto a ver a quién sonríe el Azar esta vez y se lleva la mano.

Con esto no quiero desanimaros, ya que si tenéis un juego sólido e imperturbable por ese ente llamado Azar y sus hijos, los Bad Beats, terminareis, gracias a la Estadística, ganando. Pero recordad que aunque juguéis bien y la Estadística os favorezca, podéis tiraros sin ganar una sóla mano durante 2000 manos y las siguientes 1000 no perder ni una. En NL2 y NL10 será más acusado y con mucha más varianza, pero no por ello no os dejará de ocurrir en límites mayores…

miércoles, 23 de diciembre de 2009

La mesa ideal en shorthanded

Una aspecto fundamental para ser un jugador ganador en el poker es la selección de mesa. En la selección de mesa se erige todo nuestro desarrollo posterior en el juego de las distintas manos que nos entren. Si el juego pre-flop es el cimiento de todo nuestro juego como edificio, la selección de mesa es la superficie donde decidiremos construirlo. Y no queremos hacerlo sobre arenas movedizas, ¿verdad? En este post intentaré delinear una serie de argumentos sobre los cuales la toma de decisión acerca de qué mesa escoger resulte más sencilla.

Antes de nada, si estamos jugando en cash, lo primero es decidir si queremos jugar en fullring (mesa larga, más de siete jugadores) o shorthanded (mesa corta, 6 o menos jugadores). La principal ventaja de la primera modalidad es que ofrece una menor varianza. Esto tiene dos causas. La primera es que el hecho de que nos enfrentemos a otros ocho o nueve jugadores nos obliga a que seamos más selectivos con las manos que decidimos jugar, y esto implica que el valor esperado que estas manos nos ofrecen sea mayor. La segunda es que el yugo que las ciegas ejercen sobre nuestro stack es menor que en mesa corta debido a que el ratio entre ciegas y manos jugadas es inferior; a más jugadores en la mesa, más tiempo tarda el "impuesto obligatorio" en llegarnos. Si la principal ventaja del fullring es que nuestro bank sale menos resentido ante las agresiones del azar, la principal ventaja de shorthanded es que es más divertido. El hecho de que las ciegas pasen antes implica un espoleo sobre nuestros traseros, una llamada de atención sobre nuestros cogotes y un paso rápido y efectivo a la acción. Así, nuestro rango de manos jugables antes del flop se amplia y nuestro juego se vuelve a la vez más loose y agresivo, lo que conlleva que nuestra habilidad después del flop cobre mayor importancia. El engaño y el encubrimiento resultan esenciales. Y a todos engañar y encubrir nos resulta entretenido, ¿o me equivoco?

Las líneas precedentes sólo suponen una panorámica de las características de ambas modalidades. Soy consciente de que se puede desarrollar más y mejor esa panorámica y quizá sea el tema de un futuro post. En cualquier caso, es decisión de cada uno qué tipo de mesa jugar sobre la base de con qué tipo de juego se siente más cómodo uno. Pero si te decantas por la mesa corta, quizá las siguientes líneas te resulten de interés.

Lo primero que hago cuando busco una mesa shorthanded es mirar el porcentaje de jugadores que van al flop. Un porcentaje bajo indica que la mesa es tight y, por tanto, con no demasiadas espectativas de que vaya a haber acción. Un porcentajo alto, por contra, apunta a que nos encontramos ante una mesa en la que abundan los jugadores dispuestos a pagar con cualquier mano basura para ver el flop, a la espera de pinchar algo. Un porcentaje alto indica que estamos ante una piscifactoría, y las piscifactorías siempre son buenas en el póquer. Lo segundo que hago cuando busco mesa es mirar el tamaño del bote promedio. Un tamaño alto apunta a que hay acción. Uno bajo a que no la hay. Y la acción siempre es buena.

Con base en lo anterior, lo natural sería inferir que lo óptimo sería escoger una mesa con un porcentaje alto de jugadores que van al flop y un tamaño del bote promedio alto también. No necesariamente. De hecho, puede ser perjudicial para nuestros intereses. Explicaré por qué.

¿Qué sucede cuando mucha gente pelea por un bote, digamos más de cuatro personas? Que las probabilidades se reparten de manera proporcional, con lo que la expectativa de una mano superior mengua considerablemente. Pongamos un ejemplo. Llevas pareja de ases y ante tu subida pre-flop, el villano que ostenta la ciega grande decide defenderla con su KQ. En esa situación de heads-up llevas las de ganar con en torno a un 85% frente a un 15% de su mano. ¿Bastante bien, no? Ahora imaginemos una subida tuya idéntica a la anterior con AA, pero esta vez te ven la subida cuatro jugadores, los cuales portan KQ, J9, 67 y Q8. No parece que esas manos puedan plantarte mucha batalla y, sin embargo, tenemos que tus posibilidades se han reducido a un escaso 51%. Y eso está mal, muy mal. ¿Moraleja? Es mejor tener a los fishes aislados que en "modo cooperativo", pues, si no, estás dejando demasiadas cosas al azar. Si a eso le sumamos que en el segundo ejemplo, el tamaño promedio del bote de la mesa en cuestión es alto, tenemos que tu banca puede resentirse seriamente.

Por ello, es conveniente que no haya demasiados calling stations en tu mesa. Si me preguntaran cuál sería mi mesa ideal para jugar shorthanded, contestaría de la siguiente manera:


Me gusta que haya una distribución semejante entre jugadores más o menos competentes (tight) y jugadores que juegan demasiadas manos (Loose), siendo en la medida de lo posible, pasivos ambos tipos de jugadores. No me importa que uno de los jugadores tight sea agresivo, pero sí me importa su posición en la mesa: deseo que esté a mi izquierda. Esto casi podría generalizarse a una ley: si tienes a uno o varios jugadores tight en la mesa, mejor siempre a tu izquierda, y si alguno de ellos es además agresivo, que esté lo más próximo a ti. Paralelamente, si tengo jugadores looses, me gusta que estén enfrente mía, con el maniaco intercaladoentre ellos y yo. Ahora, para justificar el por qué de estas decisiones aparentemente tan arbitrarias, pondré una serie de ejemplos.

¿Qué pasa cuando tú eres la ciega grande? Que el jugador tight agresivo habla en primera posición, lo que hace que su rango de manos sea realmente reducido. Esto simplifica bastante las cosas: si entra al bote, como es agresivo, sabrás que deberás respetar su subida y sólo deberás seguirle con manos premium. Pero lo mejor es que como su rango será tan reducido, pocas veces te inquietará. Tanto el tight pasivo como los jugadores looses se limitarán a limpear el 95% de las veces, con lo que queda el maniaco al que, sinceramente, no hay que respetarle demasiado. La mayor parte de las veces que ataque nuestras ciegas lo hará con aire, con lo que nuestra defensa de la ciega podrá hacerse fácilmente con un cold call. Y lo mejor es que la idiosincrasia de los jugadores maniacos hará evidente cuándo su ataque no supone un mero robo sino una auténtica apuesta por valor: tienden a hacer subidas desproporcionadas al tamaño de las ciegas, con lo que la lectura de su mano resulta sencilla.

¿Qué pasa cuando tú estas en el button? Que los looses limpearán o foldearán, el maniaco limpeara o raiseará, y tú estarás en condiciones de aislarte contra el maniaco con un nuevo raise. Si se tira, habrás robado una buena suma de dinero muerto en la mesa. Si hace call estarás en condiciones óptimas de llevarte un buen bote ante un jugador con un rango de manos mediocre y con el plus de la posición sobre él. El juego post flop debería ser sencillo.

Por último, ¿qué sucede cuándo estás en una de las tres primeras posiciones? Cuando hables en primera posición deberías tener en cuenta que el maniaco será la BB, y que defenderá su ciega con uñas y dientes, así que olvídate de movimientos rebuscados. Juega ABC; te saldrá rentable. Cuando juegues en las otras dos posiciones, el maniaco hablará antes que tú, y casi siempre raiseará. Estas situaciones son complicadas pues, de haber un jugador tight agresivo detrás tuyo deberás meditar seriamente tu movimiento: sabes que un reraise será respetado por el resto de jugadores de la mesa y te pondrá en condiciones de tener un heads up contra el maniaco. Pero si optas por esta decisión, ten en cuenta que el jugador tight agressive podrá raisear eventualmente tu resubida teniendo en mente el rango del villano, con el hecho adicional de que contará con una gran fold-equity por tu parte, ya que tu respetas sus movimientos. Estas situaciones deberían resolverse con un fold fácil, ya que tú no quieres problemas con el único jugador realmente bueno de la mesa.

En general, creo que este modelo de mesa es el más rentable a largo plazo, con o sin maniaco en ella. (Puede sustituirse el maniaco por un jugador loose pasivo). Si hay maniaco, deberás ser algo más selectivo con tus manos y tener un buen juego post-flop. Si cumples ambas condiciones, el dinero acabará llegando. Si no hay maniaco, deberás alivianar tu rango para hacerlo ligeramente loose con el fin de hacer incrementar tus ganancias mediante robos pre-flop, lo que a largo plazo también será rentable.

Para finalizar, ten en cuenta que esta mesa ideal no deja de ser mi mesa ideal o, en cierto sentido, la mesa ideal de un jugador tight agresivo. Si te sientes más cómodo con un juego más loose, pero consistente por tu buen manejo del juego post flop, quizá desees otra distribución de jugadores, quizá con predominio de jugadores tights pasivos. No hay una única manera de ganar al poker. Pero ésta que he presentado, a mi me funciona.


lunes, 14 de diciembre de 2009

¿Y por qué no Bad Beat Poker?

Hace unas semanas a unos colgados del poker se nos ocurrió la genial idea de crear un blog, un blog, claro está, de poker. De qué si no, ¿de aspirinas? La cabeza bien, gracias. Vale, la idea de crear un blog, ciertamente, no es muy original. A todo bípedo implume con cierta agilidad psicomotriz y ciertas dosis de pericia a la hora de apedrear su teclado qwerty se le ha pasado por la quijotera semejante ocurrencia. Hay ciertas excepciones, de acuerdo, pero tampoco Hitler era ario y medía metro noventa, así como ninguno de nosotros se llama Pigi. Lo importante es que hemos tenido una idea y, además, nosotros la hemos llevado a cabo, con dos cojones y un rabo.

¿Por qué un blog de poker? Porque el poker nos gusta y un blog es el medio más sencillo y accesible para hablar de él y que otras personas nos oigan. Sí, es un poco pretencioso escribir sobre algo y esperar que a alguien le interese, pero hay que intentarlo. Y aunque hablar sobre poker no sea jugar al poker, nosotros por los menos no cobramos comisión.

El nombre: Bad Beat Poker. No era el mejor título, ni siquiera era un buen título y, en cierto sentido, estaba a mil jodidas millas de ser un título. Pero necesitábamos uno y, a nosotros, no se nos ocurrió nada mejor. Cualquiera que haya jugado unas cuantas manos a este juego y haya leido dos o tres cosas sobre él, pensará: "qué graciosetes éstos...". Sí, lo somos, ¿qué pasa? Ahora, para los que no sepan lo que es un Bad Beat, nosotros te lo contamos con pelos y señales.

Un Bad Beat es algo así como un milagro operado por el demonio para hacerte gritar y sudar sangre de rabia; una patada en la entrepierna, un cigarro apagado en la mejilla, un paquete de Goma-2 esperando en los bajos de tu coche. Pero un Bad Beat, ante todo, es un suceso extremadamente improbable. Es poner a la probabilidad sobre un palo, atarla, violarla, prenderle fuego y arrojarla después a las hienas. Un Bad Beat es en primer lugar un atentado a la probabilidad, y en segundo término un atentado a tu bolsillo. Cuando un Bad Beat sucede clamas a la diosa fortuna por tu mala suerte. Si además estás casado y tienes hipoteca, rezas para que la fortuna no tenga un asiento en la oficina de tu sucursal bancaria.

Bad Beats hay de todos los colores y de todas las formas. Los Bad Beats se esconden detrás de los flops más secos y los jugadores más torpes; ellos son sus mejores amigos, sus fieles vasallos. Si los Bad Beats son Tarzán, entonces los flops secos son Jane y los jugadores torpes son Cheeta. Pero seamos precisos e intentemos dar una definición:

Un Bad Beat es toda aquella jugada que resulta ganadora a posteriori a pesar de que durante el transcurso de la mano su probabilidad de éxito era inferior a un 20%.

Pues eso, una patada en los huevos.

Éste blog sólo acaba de comenzar; ésta es su primera entrada. Aún no sabemos cuáles van a ser sus secciones, si es que las va a haber, ni cuál va a ser su estructura, si es que la va a tener. Sólo podemos prometer una cosa: si alguna vez coincides con nosotros en una mesa, pondremos toda nuestra voluntad para no badbetear tu mano en el river.